Inimaginable

Duele. Una fuerza que desconozco me presiona el pecho. Y créeme que no consigo recuperar el aliento, es un ahogo constante. Me he pasado la noche con las mejillas empapadas y con unas ganas de gritarle al mundo que sigues siendo mi primer y último pensamiento del día. Aún estoy en el nivel cero.
Pero debo tener amor propio y superar que has sido tú el que ha decidido y aceptado el hecho de perderme y dejar pasar mi tren. He intentado salvar lo insalvable, demasiadas veces. Ahora solo queda parar, respirar y retomar mi vida exactamente donde la dejé.

Nunca pensé que pudiera experimentar un dolor igual, nunca. Como tampoco imaginaba, antes de conocerte, que era capaz de amar con tanta fuerza y entrega. La misma fuerza que experimento ahora, pero cambiando amor por dolor.
Dicen que por cada mes que has pasado enamorado de una persona, se tardan 3 meses en olvidarla. Sea cual sea el tiempo que tenga que esperar para sentirme liberada, lo esperaré, seré paciente. Todo sea por dejar de sentir esta congoja que a duras penas me deja vivir. ¿Tú me olvidarás? No debería importarme, pero ciertamente, no voy a engañarme, me importa y mucho. Y seguramente sí, me olvidarás. Tarde o temprano llegará un momento en el que al verme no recordarás ninguno de nuestros momentos. Ese día, a mi también me dará igual verte como no verte. Ese día será como si nada nunca hubiera ocurrido entre ambos.


Pero de mientras, hoy por hoy, esos recuerdos siguen asomándose a mi memoria cuando les viene en gana. Y no consigo espantarlos, aunque sinceramente tampoco me esfuerzo en ello. Los dejo correr, e incluso cierro los ojos para visualizarlos con más claridad.
No te olvidaré hoy, ni mañana, y quien sabe si quiera si lo haré dentro de tres meses. Pero doy por hecho que lo haré, tengo que hacerlo. Debo hacerlo.

Y el primer paso para cerrar una puerta del pasado es no tenerle rencor ni odio ni nada por el estilo. Es decir, quitarle importancia.
Así que, sin rencores, que te vaya bien.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ella.

All eyes on us