A ti.

A la persona que está ahí. La que me habla cuando estoy mal, y cuando no. La que se preocupa. La persona que insiste en que le cuente qué ronda mi cabeza aunque yo diga un rutinario "estoy bien".
A la persona que se alegra y me dice que hoy es un buen día, solo porque le he dicho que estoy bien de verdad. A la persona que me apoya incluso cuando no pido su ayuda, simplemente sabe que la necesito, y la da, sin pedir nada a cambio.
A la persona que me lee tras una pantalla, aquí. La que intenta comprender qué pongo entre las líneas llenas de mis palabras confusas. Quieren decir tantas cosas, que acaban no diciendo nada. Al fin y al cabo, las palabras de una persona son prisioneras de la misma. Esa misma persona tiene la autoridad para que sus palabras salgan de ella o, en su defecto, se encierren en su interior. Ocultándole tantas, tantas cosas al mundo..
Seguramente los que leen mis palabras a través de esta página me conocen más profundamente que los que conviven conmigo día a día. Sólo si leéis con atención. Vosotros sabéis mis más íntimos pensamientos. Lo que niego en la calle, y en mi mente, lo dejo fluir aquí. ¿Por qué? Porque si dejo fluir mis palabras en público lo más seguro es que acabe siendo interrumpida por lágrimas desesperadas por salir. Aquí no. Aquí me muestro fría.
La gente de mi día a día sabe que no soy fría. Suelo ser cariñosa demás, alegre pero sobre todo, risueña. Sonrío sin darme cuenta, aunque esté mal. ¿Qué mejor que sustituir lágrimas y titubeos por miradas chispeantes y sonrisas? Eso hago yo, sonrío. Y observo.
Observo cómo una persona que está mal, paga sin querer ese malestar con los que la quieren y la apoyan. Lo observo y me niego ser así, me niego a pagarlo con ella, o con él, con todos aquellos que están a mi lado. Que me escuchan sin cesar lo mismo cada dos días. Los que me aguantan cada noche depresiva que tengo.
Me niego a perder a esas personas, y haré lo que esté en mi mano, y lo que no, para conservarlas a mi lado.
Hablo de los amigos. Los AMIGOS, con mayúscula, negrita y subrayado. No los falsos amigos que te prometen de todo y no cumplen nada. No los falsos amigos que se llenan la boca con la palabra "Siempre", cuando, que yo sepa, esa palabra contiene de todo menos un final.
A esos amigos, a los verdaderos, conservadlos con todo el amor posible. Decidles "Gracias por estar ahí." cada día. Porque ellos, cada día están ahí.

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