A rush, a chill

Desconociendo lo que se te viene encima, caminas recto. Siempre hacia arriba.
Una ráfaga de frío viento te golpea, y la fría lluvia te salpica la cara. Pero ya no es la misma ráfaga, ni tampoco la misma lluvia, ni tampoco te produce lo mismo. Aunque sí que son las mismas nubes.
Te secas la cara, te acomodas el gorro y el abrigo y sigues. Sigues caminando, siempre hacia adelante, siempre hacia arriba. Contra el viento, contra ti misma.
Ahora tú tienes el control. Vuelves a tener el control de tu persona.

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