Me pregunto cuándo fue que me quedé sola conmigo misma, cuándo fue que me quedé sola con mi mundo. Cuándo empezó a invadirme esa sensación de abandono, de no saber qué hacer, qué decir. Y lo más importante, no saber a quién recurrir. Cuándo exactamente empecé a sentir que poco a poco me iban dando la espalda, eso quiero yo saber. He estado sola muchas veces, y estoy convencida de que se está realmente bien así. No tienes a nadie como confidente, cierto. Sin embargo tampoco tienes esa pequeña desazón de fondo, preguntándote a cada rato si esa personita será de fiar. No tienes alegrías, pero tampoco disgustos. No tienes risas pero tampoco llantos, o bueno... eso no es del todo cierto. El ser humano es una especie demasiado débil, la cual necesita de compañía para poder sentirse parte viva de este mundo. Un ser humano no es capaz de estar solo durante mucho tiempo. Su nivel de autosuficiencia con respecto al ámbito social es asombrosamente bajo, por no decir nulo. Por eso, yo, que he ...
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