Papá.

A veces me gustaría hablarte claramente, decirte todo lo que pienso, todo lo que se me pasa por la cabeza en cualquier momento. Sobretodo me gustaría que escucharas mis pensamientos cuando discutimos. ¡Oh cómo me gustaría! Te llevarías una grata sorpresa..
Para empezar, las cosas claras; no te aguanto, no aguanto tu forma de ser. Y no es por mal, simplemente no nacimos para entablar una conversación de más de diez minutos sin que en ésta acabemos gritando cosas que, por lo menos yo, no pienso ni creo realmente. No nacimos para vivir más de 18 años bajo el mismo techo y, sé que aunque te moleste, no sabes cómo ansío cumplirlos para echar a volar de tu nido, con destino desconocido.
Estoy segura de que ser padre es algo tremendamente difícil, y sé que yo no soy una hija lo que se dice fácil de criar. Soy cabezota, contestona, con muy mala leche, orgullosa, etc etc.. No hace falta que diga que muchas de estas cualidades las saqué de ti, se sobreentiende; me temo que por ello chocamos tanto.
Tú, nuestras constantes discusiones, causan en mi no solo rabia, si no impotencia. Me provocas un no entenderte a ti y a tus reacciones que no acaba, unas ganas de echarme en mi cama y gritar con la almohada en la cara impresionantes, pero me temo que ya es rutina. No te imaginas lo mal que me lo has hecho pasar, lo injusto que has llegado a ser conmigo, y los insultos sin sentido y sin razón que han salido de tu boca, me han dolido más que cualquier otra cosa. Porque eres mi padre, he ahí la diferencia.
Aun así, te quiero.
De ti cabe realzar tu sentido del humor, a veces pesado, se intenta aguantar lo mejor que se puede. No dejo de reírme con los mismos chistes e historias tontas que me llevas contado desde que tengo uso de razón, y podría afirmar que me las sé todas de memoria. Nadie me coge sin motivo por el pasillo y se pone a bailar conmigo, solo tú. Son contadas las veces que lo haces, claro está, como son contadas las veces que estás de buenas.
Tienes un arte especial para sacar de cualquier conversación, cualquier tema, algo que decir para hacer reir; tienes esa capacidad de hacer que me atragante en las comidas porque has dicho algo gracioso. ¡Un día me atragantaré de verdad ya verás!
Otra cosa que me encanta, y podría hacer todos los días, es oír tus experiencias. Contarme cómo te fue la vida en mi país de nacimiento, que me cuentes tus anécdotas en los variados restaurantes que dirigiste, esos tan elegantes. Sobre todo cuando me hablas de los años que estuviste en "El Padrino" ese restaurante italiano, como bien se nota en el nombre, cuya entrada en escaleras tenía grabado un nombre de un mafioso por escalón (aún guardo la foto de esa escalera). Me gusta ver tus fotos con Julio Iglesias, Celia Cruz y más artistas que pasaron por "El Faro" cuando tú lo dirigías. Me gusta ver que fuiste más feliz que ahora, que estabas más satisfecho contigo mismo que ahora, me gusta saber que tendrás esos recuerdos siempre. Me da rabia que tu mundo se haya acabado, porque sé que si nos fuimos fue por mi, y de verdad que lo siento.. tu no perteneces a España, eres más venezolano que yo. Viviste ahí, prosperaste ahí, y solo de ahí tienes recuerdos que merezcan la pena. Y repito, lo siento..

Pero, ¿sabes?  Pese a nuestras discusiones, nuestros enfados de 2 meses o más, pese a que me trates como si siguiera teniendo 10 años, pese a tu exacerbada protección, el hecho de que no me dejes vivir una juventud que tú desconoces, la juventud de ahora y que, por ello, la rechaces.. debido a tu mentalidad. Pese a que somos tan diferentes y a la vez tan parecidos (que me paren por la calle los que te conocieron a mi edad y me digan que soy igualita a ti no tiene desperdicio..) eres mi padre y sé, soy consciente de que no eres un hombre joven y fuerte.
Cada día me pregunto qué pasará dentro de 5 años o menos, y cada día intento que nuestra relación mejore, y quisiera que pudieras leer esto, de verdad que sí. Quisiera que aunque como me has dicho muchas veces, piensas, dices saber que cuando me necesites no estaré.. que sepas que siempre tendrás a tu hija, a tu "serodia" y que nunca te faltará un abrazo, si es que algún día me dejas dártelo. Esa es otra cosa, eres un rancio y yo mimosa, así no se puede..
Gracias por sacrificarlo todo por mi, por mi bienestar y seguridad. Gracias por otras cosas, detalles que sé que has hecho por mi, aunque tu pienses que desconozco. Te pediría, que aunque no nos aguantemos, que nunca me dejes sola, pero me temo que tendré que ir haciéndome a la idea de que pese a tu edad y de que aparentes 20 años menos, no eres inmortal. ¡Por ahora!
Te quiero mucho papá.